Estabilidad descrita como la habilidad de generar utilidades de forma constante, en donde los distintos departamentos del concesionario contribuyan a la generación de rentabilidad y que cuando se encuentren con situaciones extremas como lo es el COVID 19, no se vea amenazado el futuro del concesionario. 

La estabilidad a mediano y largo plazo de un concesionario dependerá de conocer y explotar todos los canales de venta disponibles (autos nuevos, seminuevos, servicio, refacciones, laminado y pintura, créditos, seguros, garantías, etc.) y conocer sus márgenes de contribución así como los niveles máximos de desempeño que estos departamentos pueden generar,  para  trazar así planes de trabajo que garanticen estabilidad y crecimiento. 

Un concesionario con una orientación hacia enfrente (front end), genera la mayoría de su rentabilidad de la  venta de autos nuevos y muy poco de los negocios posteriores a la venta del auto como puede ser un crédito, una extensión de garantía, accesorios, servicio, refacciones, pintura, etc. Esta es una orientación que tiende a ser peligrosa, ya que muchas veces el vender un auto genera pérdidas al concesionario y volatiliza la rentabilidad.

Una orientación hacia atrás (back end) brinda mayor estabilidad al concesionario ya que cuenta con una mayor variedad de fuentes de ingreso, se tiene más contacto con el cliente y con su satisfacción que al final se convierte lealtad por años  llamada lealtad del cliente a través del tiempo (CLTV). Mantener un equilibrio entre el front end y el back end, hará que el concesionario sea más resiliente y estable, sobre todo en tiempos como los que vivimos con COVID.

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